Bajo el título ‘Activando la accesibilidad universal’, la guía recuerda que la igualdad se basa en que se debe aceptar que todo el mundo es diferente, y que la diversidad es parte de la vida. Así, lo que se debe perseguir es que cada persona tenga el mismo derecho de acceso a la vida social y a disfrutar de servicios, entornos y productos, sin discriminación por razón de ningún tipo (género, discapacidad, etnia, etc).

 

En todo caso, el CERMI alerta en este documento de que las personas con discapacidad pueden encontrarse barreras, que se definen como “aquellos obstáculos que impiden el desarrollo personal, la libre elección y el pleno disfrute de la vida social y en comunidad”. Para luchar contra ellas, aconseja tener en cuenta las diferentes capacidades humanas (visuales, auditivas, físicas, cognitivas y psicosociales) y los tipos de barreras (legales, sociales, obstáculos físicos y de comunicación por falta de accesibilidad).

 

La guía subraya la importancia de que la sociedad actúe de forma diferente a como se ha hecho tradicionalmente si se quiere dejar de discriminar a las personas con discapacidad, puesto que en ocasiones se incurre en prácticas negativas incluso sin ser conscientes de ello. Para ello, se debe tener en cuenta la premisa del diseño para todos, creando desde un primer momento infraestructuras, documentos o accesibles, porque además así se ahorran costes en el futuro.

 

En los elementos que han sido diseñados sin tener en cuenta la accesibilidad universal, el CERMI hace hincapié en la relevancia de realizar ajustes razonables que eviten situaciones discriminatorias para las personas con discapacidad. En todos los casos se debe aplicar de forma transversal la perspectiva de género y criterios que apuesten por la autonomía personal.

 

El CERMI recuerda que la apuesta por la accesibilidad universal no sólo es positiva para las personas con discapacidad, sino que redunda en beneficio de aproximadamente el 40% de la población, puesto que se deben tener en cuenta grupos sociales como el de la tercera edad sin discapacidad.

 

Además, sirve para luchar contra problemas como la siniestralidad laboral.

 

Por otra parte, el documento del CERMI recoge un apartado legal con el fin de que las personas con discapacidad, sus familias y el conjunto de la sociedad conozcan los derechos y deberes de toda la ciudadanía. En concreto, destaca el papel de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de cuya aprobación se cumple este año una década. Además, resalta la importancia de la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que incluye sanciones cuando se vulnera esta normativa y un calendario que se ha de ir cumpliendo en diferentes ámbitos.